¿Cómo enfrentas tú las crisis?
Claudia Mardones Bahamonde
En el último tiempo, hemos escuchado
demasiadas veces la palabra crisis: crisis climática, social, política,
sanitaria, económica, matrimonial, existencial, emocional, espiritual, etc. Es posible
que te sientas sobrepasado y angustiado, porque se van sumando cada vez más
complicaciones o, tal vez, te sientes indiferente y tratas de seguir viviendo
el día a día sin pensar demasiado en lo que está ocurriendo a tu alrededor,
porque, finalmente, no es mucho lo que se puede hacer. Lo que estaba bajo
control se ha vuelto inestable, incierto generando angustia y preocupación. Sin
embargo, debes tener presente que nada es eterno en esta vida, ya sea bueno o malo,
pasado un tiempo se termina.
¿Sabías que las crisis son cíclicas? Esto
quiere decir que las crisis vienen, pasan y se van; dejan sus efectos, la vida
sigue, se reestructura, pero regresan, y comienza de nuevo el ciclo. Ahora
bien, cada persona percibe las crisis de una manera diferente. Se cuenta la historia
de la hija de un chef, que agobiada por los problemas que enfrentaba día tras
día, buscó el consejo de su padre, y el cual le dijo: Imagina una zanahoria,
un huevo y un café. ¿Qué le pasa a cada uno cuando debe soportar el agua a
altas temperaturas? La zanahoria, se ablanda; el huevo se endurece, y el café
transforma el agua en un rico brebaje de agradable sabor y aroma. Las
crisis son como el agua caliente, algo que debemos soportar y enfrentar, no
todos reaccionamos igual, pero ¿cómo reaccionas tú ante ellas?
Las crisis son problemas, pero también
son una oportunidad. Sí, son una oportunidad para modificar aquello que
teníamos controlado y ordenado y que las crisis han venido a trastocar. Nos obligan
a pensar en nuevas posibilidades, otros escenarios posibles para nuestra vida.
Algunos han dicho que, en momentos de crisis, también surge la genialidad,
porque la humanidad está presionada buscando soluciones para enfrentar el
problema. Piensa solo en lo que ha generado el COVID-19, cuántos investigadores
han hecho avances científicos notables tratando de inventar ventiladores
mecánicos, mascarillas, vacunas para combatir este virus, etc.
Las crisis deben generar en nosotros, no
un temor inmovilizante, sino acciones que trasciendan y cambien las condiciones
actuales. En la Biblia se relata la historia de Josaba, (2 Cr.22 y 2R. 11) una
mujer que enfrentó una crisis familiar, política y religiosa muy importante y que
se vio obligada a hacer algo más que confiar en Dios. Josaba, o Josabet, era hija de Jorán, rey de Judá.
El rey Jorán se había casado con Atalía, hija de Jezabel y Acab, reyes de
Israel que adoraban a Baal. El rey Jorán siguió los pasos de sus suegros e hizo
desviar al pueblo de Judá hacia la idolatría. Al morir Jorán, su hijo Ocozías
asumió el reinado, quien al igual que su padre, hizo lo malo ante los ojos de
Dios. Su reinado fue breve, solo un año, después del cual fue asesinado. Atalía,
al enterarse de la muerte de su hijo Ocozías exterminó a toda la descendencia
real de Judá, o al menos eso fue lo que ella pensó.
“Pero
Josaba, que era hija del rey y esposa del sacerdote Joyadá, raptó a Joás
hijo de Ocozías cuando los príncipes estaban a punto de ser asesinados.
Metiéndolo en un dormitorio con su nodriza, logró esconderlo de Atalía, de modo
que no lo mataron. Hizo esto porque era la hermana de Ocozías.” (2Cr.22:11 NVI)
¿Te puedes imaginar la escena? Recién
asesinado el rey, la reina Atalía, inició un exterminio para asumir el poder
del trono de Judá. Fue un momento crítico a nivel familiar. No sólo murió Ocozías,
sino también, parte de su familia (los varones que podrían reclamar el trono). Pero,
además, es una crisis política porque el rey fue asesinado y sus herederos al
trono exterminados. Al mismo tiempo, fue una crisis religiosa, pues tomó el
control del reino una mujer que abiertamente adoraba a Baal. Nuestra
protagonista, Josaba, enfrentó esas crisis tomando una decisión crucial, decidió
esconder al pequeño bebé Joás, su sobrino. El niño Joás estuvo seis años oculto
en el templo de Jehová, gracias a la acción de su tía, y al séptimo año fue
proclamado rey, con solo siete años. Joás fue un gran rey que hizo lo bueno
antes los ojos de Dios y restauró el templo que había sido destruido durante el
reinado de Atalía y motivó al pueblo a buscar a Dios nuevamente.
Las crisis nos enfrentan a momentos
cruciales que nos obligan a tomar decisiones y llevar a cabo acciones que se
convierten en oportunidades, nuevas posibilidades de vivir nuestra vida. La
muerte del rey Ocozías vino acompañada de una crisis familiar y una crisis política
y religiosa, y Josaba las enfrentó con valor y esperanza. Sin duda, ella sabía
que, si salvaba a su sobrino, éste podría reclamar el trono y deslegitimar el
reinado de Atalía, en el futuro. Josaba supo mirar más allá del presente, miró
hacia el futuro con esperanza, hizo lo que creyó correcto y confió en Dios. Espero
que en medio de este tiempo de crisis mantengas la esperanza en Dios y el valor
como Josaba. Esta mujer sólo es mencionada en dos versículos de la Biblia que
relatan la misma historia, pero sus acciones cambiaron el curso de la historia
del pueblo de Judá.
En estos momentos de crisis mantengamos
la esperanza en Dios y orientemos todas nuestras acciones para agradarle.
Después de haber pasado las crisis, podremos ver con más claridad cómo Dios ha
estado siempre con nosotros en los momentos más difíciles, sosteniendo y
bendiciendo nuestras vidas. Que el Señor nos dé la fuerza para enfrentar de la
mejor manera las crisis, para transformar el agua caliente en un agradable café
y ver las crisis no solo como problemas a solucionar sino como oportunidades.
“Cobren
ánimo y ármense de valor, todos los que en el
Señor esperan”
(Salmo
31:24 NVI)