Por Elizabeth Palma Gallardo
Durante esta semana la noticia principal ha sido el
resultado y como se desarrolló la votación del pasado domingo. No hubo persona
que no haya escuchado, comentado o compartido alguna noticia respecto a dicho
evento. Muchos se alegraban de haber cumplido con su deber cívico por primera
vez, otros comentaban respecto a la alta participación popular o sobre el
resultado del sufragio. Está claro que nadie pudo quedarse ajeno a este suceso.
Muchos ciudadanos están tranquilos, porque
independiente del resultado, se sienten satisfechos de haber cumplido con su
deber cívico.
Pero, así como muchos ya están preocupados y
trabajando en el proceso que ahora se viene en el tema constitucional (¿Quiénes
serán los constituyentes?, ¿Cómo podrán inscribirse los independientes?, ¿Qué
organizaciones podrán participar?, etc.) nuestra tarea como cristianos y
ciudadanos de este país también debe continuar, no debe quedarse solo en la
satisfacción de haber emitido un voto.
En la primera carta a Timoteo, el Apóstol Pablo
dice “Así que, recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias,
oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, especialmente
por los gobernantes y por todas las autoridades, para que tengamos paz y
tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna. 1 Timoteo 2: 1-2”
versión NVI
Si realmente queremos cumplir con nuestro deber cívico,
debemos seguir rogando y pidiendo por nuestras autoridades, para que estas puedan
ser guiadas por Dios con el fin de que las leyes, derechos y responsabilidades
ciudadanas que se redactarán en la nueva Constitución puedan contener lo que Dios
anhela para sus hijos. No olvidemos que el primer propósito por el cual Dios
establece autoridades civiles es para el bien del pueblo. Para proteger los
derechos de las personas, la propiedad y la libertad que cada individuo debe
tener.
Así no nos será contradictorio someternos a las
autoridades terrenales, ya que como nos lo recuerda Pablo en su carta a los
romanos, “Sólo Dios puede darle autoridad a una persona, y es él quien
les ha dado poder a los gobernantes que tenemos. Por lo tanto, debemos obedecer
a las autoridades del gobierno.” Romanos 13:1 versión TLA.
La invitación es a seguir orando, se vienen nuevas
elecciones, plebiscitos y leyes, por lo que necesitamos que Dios en su
misericordia nos acompañe y guie en todo y así cumpliremos con nuestro real
deber cívico.