miércoles, 27 de junio de 2018


¿Que sabe usted de las grasas y aceites?

Las grasas aportan energía (calorías) ácidos grasos esenciales y transporte de vitaminas A D E y K.
Las grasas aportan más del doble de calorías (9 calorías por gramo) que los hidratos de carbonos y las proteínas (4 calorías por gramo)
La energía siempre se expresa en kilocalorías = KCAL

Se encuentran en forma visible
·         Carnes, mantequillas, mantecas, mayonesas, cremas.

En forma invisible
·         Leche entera, queso, maní, nueces, paltas en alimentos procesados como pan, tortas, pasteles con crema, helados, papas fritas, ramitas entre muchos otros.

 ¿Qué cantidad de grasa debo consumir al día?
·         Depende de las calorías requeridas.
·         La cantidad de energía que una persona necesita depende de sexo, edad, actividad física y peso real.
Ejemplos:
Hombre   2.500 kcal.  día      43 – 83 grs grasa   
Mujer        2.000 kcal.  día     44 -  66 grs grasa
Valores máximos y mínimos recomendados.
·         A mayor actividad física, mayor necesidad de energía.

¿Que son los ácidos grasos?
Son los componentes de las grasas y los aceites.
Las grasas y los aceites están formados por 3 tipos de ácidos grasos.
·         Ácidos grasos Saturados o Grasas Saturadas.
·         Ácidos grasos Mono insaturados
·         Ácidos grasos Poliinsaturados.

Ácidos grasos Saturados
Están presentes en las grasas de origen animal, carnes, productos lácteos, yema de huevo, y algunos productos procesados industrialmente, generalmente son sólidos a temperatura ambiente.

Es un proceso industrial, mediante el cual se cambia la naturaleza del alimento original al adicionarle grasa, sal, azúcar, aditivos, colorantes y otros productos. Alteran el perfil nutricional del alimento original. Consiguen aumentar el sabor, el color la textura.

Ácidos grasos Monoinsaturados
Se encuentran principalmente en:
Aceite de oliva, raps, canola, soya. En el maní, nueces, almendra, paltas y aceitunas.

Ácidos grasos Poliinsaturados
Se encuentran en los aceites de origen vegetal de:
Maravilla, soya, maíz, pepa de uva.
Se encuentran en la grasa del pescado, aunque es de origen animal, también son ricos en ácidos grasos poliinsaturados.

Estos ácidos grasos poliinsaturados se clasifican en dos familias.
Omega 3   y   Omega 6   Ambos son ácidos esenciales y necesitamos incluirlos en nuestra alimentación.

¿Qué son los ácidos omega 6?
Son los ácidos grasos poliinsaturados que se encuentran en los aceites vegetales de maíz, maravilla, pepa de uva.

¿Qué son los ácidos omega 3?
Son ácidos grasos poliinsaturados que se encuentran en las grasas de productos marinos, aceites de soya, de canola, algunos productos enriquecidos con omega 3.

¿ Qué son los ácidos grasos Trans?
Se forman durante el proceso de hidrogenación de los aceites vegetales Maíz, canola, maravilla, soya, con el objeto de aumentare su vida útil y modificar su consistencia de líquida a sólida o semi sólida.

Los ácidos grasos trans, actúan en nuestro organismo como ácidos grasos saturados
Es decir….
Disminuyen el colesterol HDL (bueno)
y aumentan el colesterol LDL (malo)

¿Qué es el colesterol y de donde proviene?
Existen 2 tipos de colesterol el de la sangre y el de los alimentos.
El organismo fabrica colesterol en el hígado y el resto proviene de los alimentos.
El colesterol cumple importantes funciones en el organismo.
Forma parte de la membrana celular y produce hormonas entre otras funciones.
El alto consumo de grasas saturadas eleva el colesterol sanguíneo.
Alimentos que contienen mayor cantidad de colesterol y grasas saturadas.
·      Vísceras o interiores: pana, riñones, guatitas, sesos.
·  Embutidos: longanizas, salchichón, choricillo, vienesas, mortadela, cecinas en general
·      Otros: mantequillas, cremas de leche, leche entera, yema de huevo.
·      Algunos mariscos como los erizos y los camarones.

Desarrollado por Adelma Villarroel


Menos de mí, más de Ti

Para introducir el tema de hoy, queremos detenernos y reflexionar acerca de las siguientes preguntas: (colocaremos algunas respuestas sólo a modo de ejemplo, ud. puede colocar sus propias conclusiones)

·         ¿Qué falsos pensamientos acerca de Dios hemos albergado en nuestro corazón?
R: por ejemplo, que tenemos el derecho de juzgar a los demás por su apariencia, vestimenta, credo, raza, etc…

·         ¿Qué temores nos roban la paz y desvían nuestra atención de lo eterno?
R: Embarazo, casamiento, trabajo, envejecer, morir, enfermedad, etc…

Si la religión que hemos desarrollado nos hace Juzgar más y Amar menos; Condenar más y Amar menos; Controlar más y Abrazar menos; Querer tener más y servir menos; Justificar más la guerra y abrazar la paz menos, etc. Puede seguir llamándose religión, ¡pero evangelio JAMÁS!

Sabemos que Dios nos llama a compartir su Evangelio. Pero, ¿sabemos de qué se trata el evangelio?  Muchos podrán decir, sí, es entregar la Buena Noticia. Pero, ¿Cuál es esa noticia? Es el mayor tesoro que podemos compartir, El reino de Dios, el perdón y la salvación.

Cabe destacar, que la salvación no debe ser considerado como un evento en nuestras vidas, sino que muy por el contrario es Hecho que nos lleva a vivir un nuevo estilo de vida.

En la práctica, ¿Cómo es nuestro estilo de vida?

Nuestro estilo de vida debe tener como meta llegar a conocer a Dios, andar como Él anduvo.

El estilo de vida de Jesús, fue entregarse a sí mismo, no se aferró a su igualdad con Dios.  Más bien él dijo: Mi comida es hacer la voluntad del Padre.

Cristo se entregó por entero, se vació de su deidad para hacerse humano y morir por nosotros, para que nosotros con su muerte, resucitáramos a una nueva vida, y con su resurrección, tuviéramos vida en abundancia. Sólo podemos vivir esa vida, si hemos creído y aceptado el sacrificio de Cristo. Ese fue su estilo de vida, su forma de vivir.
Ahora nos queda preguntarnos, ¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? En el libro de 1 Juan 2:3-6 tenemos una ayudita, “3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5 En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente[b] en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: 6 el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió”
¿Cuáles son los mandamientos que debemos guardar? En el libro de Mateo 22:37-39 está la respuesta.  “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Pero esto no lo haremos por sí solos, ya que en el antiguo testamento (Ezequiel 36:26) Dios hace una promesa que nos ayudará a cumplir con estos mandamientos. “Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré el corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne” con esto de seguro nos será más fácil poder amar a nuestro prójimo, ya que nuestra tendencia humana suele ser un poco más egoísta.
El Apóstol Pablo escribió una cartas a los filipenses, y lo hizo nada menos que desde la cárcel, y desde allí inculcaba a todos vivir una vida cristiana feliz, instándolos a gozarse en las pruebas, porque ellas cosechan virtudes, como la paciencia y la perfección en Cristo:
“2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
Nuevamente nos habla de los demás, del prójimo, amar al prójimo como a nosotros mismos. Algo práctico es querer vernos y sentirnos bien, lo mismo debemos de desear y aportar a nuestro prójimo, apartar para su bienestar.

Otro tema que deberíamos reflexionar, es el llamado del apóstol a pensad en todo lo bueno, agradable y perfecto. Entonces detengámonos y pensemos,
¿QUÉ ES LO JUSTO? R: Hacer misericordia con el prójimo, no solo compasivo
Consideremos que Justicia es “Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde”

¿QUÉ ES LO VERDADERO? R: Todo aquello que no es pecado, lo que no es mentira, lo que es verdad.

¿QUÉ ES LO PERFECTO? R: Hacer la voluntad de Dios, que es amarlo a Él y
amar al prójimo.
Lo perfecto es la vida de Jesús. El ofreció lo que era. Ofreció su vida, por que él es vida, nos da su amor, por que él es amor, nos guía por que él es el camino, sacia nuestra sed, porque él es agua de vida, sacia nuestra hambre, por que él es el pan de vida.  Es nuestra compañía en medio de las aflicciones y problemas.  
Juan 16.33 “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”

Todo lo que vaya en dirección contraria, es pecado podríamos definirlo como no conducirnos hacia la voluntad de Cristo.


Si nos damos cuenta, lo único que hay de nosotros en esto, es la obediencia, ese es nuestro aporte. No se trata de mí, se trata de ti.

Menos de mí, más de ti.

Desarrollado por Pamela Martinez Carvallo

miércoles, 20 de junio de 2018



Cultivando una vida en integridad

¿Qué queremos decir cuando usamos el concepto integridad?
El término integridad, hace alusión a dos ideas centrales. Por un lado, hace alusión a un derecho esencial de los seres humanos, que tiene que ver con no sufrir manipulaciones, amenazas o daños físicos, psicológicos, ni morales. Es decir, no sufrir vulneración alguna.  Por otro lado, hace alusión a un aspecto interno del individuo, que le permiten pensar y actuar de acuerdo con valores y principios tales como honestidad, lealtad, etc. Una persona íntegra es aquella que:

  •                    no vive de apariencias y es coherente,
  •                   trata a los demás como le gustaría ser tratado,
  •                   reconoce sus errores y pide disculpas,
  •                  cumple con sus compromisos y responsabilidades,
  •                  hace lo correcto, aunque nadie lo esté viendo.
Es en esta última acepción, en la que queremos reflexionar. 

Los cristianos, deberíamos ser personas que se nos relacionara fácilmente con el término integridad, lamentablemente, no siempre es así. No es fácil ser íntegro en nuestra sociedad, sin embargo, es algo que debemos esforzarnos por alcanzar sobre todo si nos consideramos hijas de Dios.

En la Biblia, vemos el ejemplo de Josué, el joven hijo de Nun, (revisemos Josué 1:7-9), el cual fue escogido por Dios para liderar al pueblo de Israel tras la muerte de Moisés. Dios le dice a Josué que se levante y cruce el Jordán junto a todo el pueblo, porque nadie le haría frente ya que Él estaría a su lado como estuvo con Moisés, no lo dejaría solo, ni lo desampararía, no obstante, le pide:
 “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1: 7-9)

Al leer el libro de Josué vemos que este hombre se mantuvo fiel a lo que Dios le había demandado durante toda su vida.  Fue tanta su devoción e integridad que cercano a terminar sus días, a sus 110 años, vemos cómo sigue instando al pueblo a seguir por el camino de la obediencia y la adoración a Dios. En Josué 24: 14-24, se relata el discurso de despedida que pronuncia frente al pueblo. Y de ahí destacamos:
“Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 24: 14 y 15).

Lamentablemente, al continuar con la historia, (Jueces 2:11-23) vemos que el pueblo no pudo mantenerse íntegro frente a Dios, no destruyeron ni expulsaron a los pueblos paganos de tierra que Dios les dio, sino que habitaron junto a ellos y siguieron sus tradiciones, costumbres y sirvieron a sus dioses, olvidándose de todo lo que Dios había hecho por ellos, causando la ira de Dios. Por ello, el pueblo fue oprimido en reiteradas ocasiones.  No obstante, cada vez que se volvían a Dios, el Señor en su misericordia, les enviaba un juez que los liberaba, cayendo en un clico de Desobediencia – Opresión – Arrepentimiento – Tiempo de Paz (Periodo de Jueces).  

Al regresar a nuestros días, nos cuestionamos ¿Qué podemos hacer nosotras para cultivar una vida en integridad?  Te sugerimos algunas respuestas:



  • Meditar en la palabra de Dios constantemente y poner por obra sus mandamientos.
  •  Esforzarnos por obedecer.
  •  Ser valientes para enfrentar los obstáculos.
  •  Ser valientes para ser sinceros y reconocer errores.
  •  Pensar, hablar y actuar con sinceridad y coherencia en relación con los valores y principios de Dios.


El desafío para nosotras hoy en día es poder ser como Josué, aunque sea difícil, mantenernos íntegros para recibir el favor y la misericordia de Dios.

“Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad;
Afirma mi corazón para que tema tu nombre.”

Salmo 86:11

Te invitamos a leer esta historia que nos hace pensar en la importancia de ser íntegros en nuestro actuar siempre, aunque aparentemente nadie lo note.

Las Semillas del Rey

En un pueblo lejano, el rey convocó a todos los jóvenes a una audiencia privada con él, en donde les daría un importante mensaje. Muchos jóvenes asistieron y el rey les dijo: "Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros, al cabo de 6 meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la planta más bella ganará la mano de mi hija, y por ende el reino". 
Así se hizo, pero había un joven que plantó su semilla y esta no germinaba; mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y mostrar las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas. 
Llegaron los seis meses y todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con hermosísimas y exóticas plantas. El joven estaba demasiado triste pues su semilla nunca germinó, ni siquiera quería ir al palacio, pero su madre insistía en que debía ir pues era un participante y debía estar ahí. 
Con la cabeza baja y muy avergonzado, desfiló al último hacia el palacio, con su maceta vacía. Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo soltaron en risa y burla; en ese momento el alboroto fue interrumpido por el ingreso del rey, todos hicieron su respectiva reverencia mientras el rey se paseaba entre todas las macetas admirando las plantas. 
Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamo de entre todos al joven que llevo su maceta vacía; atónitos, todos esperaban la explicación de aquella acción.  El rey dijo entonces: "Este es el nuevo heredero del trono y se casará con mi hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme plantando otras plantas; pero este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, real y valiente, cualidades que un futuro rey debe tener y que mi hija merece".

Desarrollado por Claudia Mardones